miércoles, 24 de febrero de 2010

CLOE

Un beso frío se escapó de los labios de Cloe. Era un beso ligero,
sin dueño, perdido entre la lluvia, una lluvia que ya no mojaba,
que ya no dolía.
 
La joven, inmóvil, observó cómo se alejaba, sin impedirlo, cansada,
rendida por el oleaje, por el viento del invierno, por el olor a bajamar.
 
El beso de Cloe suspiró profundamente, y se giró por última vez
para recordar su rostro, antes de echar a volar entre una tranquila
bandada de gaviotas.
 
Desde el cielo, la luz rosada del atardecer se filtró a través de aquel beso,mostrando a la joven una película de imágenes de colores vivos,
alegres, infinitos..que no hicieron sino arrancar una sonrisa de
sus labios sin calor.
 
Cloe dibujó al aire un beso rosado, cálido, incondicional. Y tomó conciencia de su rostro, de su vida y de sus sueños.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario