martes, 20 de diciembre de 2011

¡Feliz Navidad!

En el Mundo de Nena hemos cortado el turrón de chocolate en trocitos pequeños y servido vino blanco en vasos de cristal. Sujetamos con fuerza las panderetas y zambombas preparados para cantar villancicos con menos letras, debido a la crisis. Y tenemos los brazos abiertos para acariciar un año más, cuando suene la última campanada.
Feliz Navidad a tí, que paseas por aquí todos los días, a tí que te asomas pero no dejas tu huella, y a tí que sonríes, cómplice.
El Mundo de Nena descansa, hasta el quince de enero, para poder encontrar todas las bolas de colores que esconden los relatos y poesías que componen este pequeño planeta, y así adornar, poco a poco, el árbol de esta Navidad.
¡Gracias a todos y felices fiestas!

sábado, 17 de diciembre de 2011

ENTRE AS NUBES

Os reis magos
regálanche desexos
en caixas de cores

as nubes, a lúa
agasallo branco
da túa miúda ilusión

o sol, as estrelas
caricias loiras
no teu sonriso

e un neno alado
que vela os teus sonos
meu fillo





a caixa grande
pai
os reis magos
esquecérona

non a atoparon
nos agasallos de cores
a caixa grande
na que durme

a miña nai

entre as nubes

miércoles, 14 de diciembre de 2011

FALSOS MODALES

No perdamos la perspectiva, yo ya estoy harta de decirlo, es lo único importante. Doña Rosa va y viene por entre las mesas del café. O viene y va, porque no importa el orden en el movimiento de su cadera. Lo único que le digo, es que le sobra Doña y un cuarto de pandero. Y dicen que la bautizaron Rosa por el color de sus mejillas, que ya de aquella apuntaba maneras la cría. Mire qué descarada, cómo se acerca al Señor Anselmo, viudo desde hace veinte años, y tan decente. Que no ha mirado mujer desde que falleció su esposa, en paz descanse. Esa mujer debería de tratar con jóvenes de manos ásperas y olor a jabón de lagarto. ¿Se despide, Don Anselmo? Encantada de verle otra vez por aquí. Desde luego, saludos a sus hijos también. Sí, conozco a la señora Rosa. Disfruten del paseo. Abríguese usted el escote que los aires del otoño dicen que no traen nada bueno.
Lo que le decía. La honestidad y la educación, estoy harta de decirlo, es lo único importante.

martes, 13 de diciembre de 2011

CALEIDOSCOPIO

El retrato de aquella mujer me hipnotizaba con su mirada negra, que jugaba bajo el ala de su sombrero de Señora sin título. Mientras, detrás de mí, un hombre de edad avanzada, peinado con un flequillo redondo que envolvía su frente, dibujaba, con trazos rápidos, el esbozo del retrato de la mujer del sombrero. Como un loro a un pirata, sobre el hombro del caballero asomaba la cara curiosa de una estudiante adolescente que masticaba chicle de color rosa. Una luz instantánea de una cámara de fotos, detrás de la joven, hizo que nos girásemos a tiempo para sonreír, todos, excepto la señora del sombrero.

lunes, 12 de diciembre de 2011

FOTOGRAMA

Miradas secretas
en paseos vacíos
rojos
iluminados por la soledad
de una fotografía
que no ha respirado
miradas
secretos detrás de ayer
revelados, desvelados
secretos velados por la mirada obtusa
de tu impertinencia
roja
sobre la que camina
el disparo malabarista
y la distancia
desde la que mortalicé
tu sombra
roja
que abandoné herida, suicida
en una instantánea más

PECERA

Vomito deseos que flotan en la superficie
de una marejada de recuerdos
que derraman mi pecera
en la frontera entre tu aire
y el silencio

dibujo sombras en la profundidad
de mi soledad en círculos
que apaciguo sumergida
entre peces de colores

y vivo en el interior
de esta burbuja
no para siempre
solo algo de ese siempre
como si fuese renacuajo de ideas
y de futuro
y de aliento
que inunda mis pulmones
aliviando el aire que ahora
no es


aire.

viernes, 2 de diciembre de 2011

MI CRONORRELATO

Dibujo garabatos con el bolígrafo para entrenar mi mano y la tinta. Mientras, el jurado apunta en alto con la pistola que señalará el inicio de la prueba, que comenzará con la frase:“tiene una cucharilla verde”.En la carrera de las letras participan este año mil microescritores. Ganará el primer premio el escritor que narre en doce palabras la dramática historia de unos amantes homosexuales judíos separados durante la segunda guerra mundial. Suena el disparo. Introduzco la cucharilla en la boca de uno de los amantes jugándome la vida entre las balas. Lanzo una granada que lo alcanza desfigurándole la cara. Diez años después, su amado le reconocerá, debido a la cucharilla verde que aún sujetará entre sus labios.
El público aplaude entusiasmado. He ganado la carrera. Con el trofeo entre mis manos, mientras disfruto de la ovación, paseo sobre el resto del folio blanco que no escribí, en el que reside mi cronorrelato.