martes, 5 de junio de 2012

NADA



Córtame la memoria. ¿Así abuela?. No, un poco más. ¡Olvidarás diez años! El azúcar. No teníamos azúcar. No fueron años dulces. Vale, te recorto las puntas de la infancia. Unos años más Bertita. Por favor. Me pesan tanto...Pero abuela, no recordarás las manos ásperas de tu marido, ni las tardes en la granja de Villalba con tus hermanas, o el primer día de colegio de tus hijas...No me importa. No me importa. ¿Por qué tendría que hacerlo? Dime, ¿por qué es necesario tener recuerdos? No lo sé abuela...quizá para dejar un camino de migas de vida y si te pierdes, poder regresar a casa. Pero ya no puedo caminar sola. ¿Crees que aún así me perderé? Recorta esos años también. Déjame la memoria suficiente para recordar cómo se respira, cómo se late...hasta que también lo olvide. Abuela ¿me puedes escuchar? ¿abuela? Soy yo. Tu nieta...

2 comentarios:

  1. ¡Qué cierto es que muchas veces deseamos olvidar sin tener en cuenta que puede llegar el momento en que no podamos recordar!.

    Este micro me toca muy de cerca, Berta. A mi padre la memoria le está rehuyendo, poco a poco, cada día más.

    Un abrazo,

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  2. Es muy duro vivir algo así Pedro. A veces pienso en la otra persona, la que olvida...qué sentirá, qué sufrirá...Esos ojos vacíos que parecen un espejo para los que le miran...Un abrazo grande Pedro!

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