lunes, 14 de mayo de 2012

SI ME PREGUNTASES


¿Al otro lado de la ventana? Nada de nada. Y un poco de nada-de-todo. Por ejemplo, lo primero podría ser un agujero infinito que naciese en el cristal, justo donde tengo pegada la punta de la nariz, mientras juego a dibujar alientos de vaho en el vacío del silencio, que es de color blanco. Porque supongo que nada es de ese color. No me imagino una nada roja. Y si aún encima es doble, como nadadenada, entonces la imagino casi transparente.
O podría ser otra cosa. Si fuese nada-de-todo. Porque entonces vería al otro lado de la ventana cuatro chicas de la mano vestidas con uniformes de cuadros, peinadas con la misma melena rubia y vería un coche de policía en el puesto de salida de una carrera roja-naranja-verde junto a otros coches tímidos y afónicos y vería poco más porque el vaho lo haría todo otra vez tan borroso, que al final si me preguntases, te diría que no hay nada especial. Que es lo mismo de todos los días. Nada de todo. Las chicas, los coches en el semáforo, la punta de la nariz en el cristal...
Pero pienso que al menos podría imaginar lo de siempre, lo de cada día, de una manera diferente. Así que si me preguntases qué hay al otro lado de la ventana, te contestaría eso. Sí. Te contestaría un poco de nada, de todo.

2 comentarios:

  1. El color de la nada... Nunca me había parado en pensar en ello... Ya ves, sin quererlo ya me pusiste tarea para hoy... :-)). ¡Me gusta! Dominique

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