en este enjambre de huesos
adorno tu nombre
con un ramo de palabras
me inclino ante la cuenca de tus ojos
te recuerdo vestida
con la piel de los domingos
con una rodilla sobre las flores
que aún se burlan de ti
arranco otras manos
que suplican queriendo ser ladronas
de arras
otras manos que crecen olvidadas
entre las ortigas
esta vez
no voy a esperar tu respuesta
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Sentido, Berta y con dos primeros versos fantásticos.
ResponderEliminarUn abrazo,
Gracias Pedro!! un abrazo! (Antía no nos deja tregua)
ResponderEliminar¿Minuto trece? ;).
ResponderEliminarMinuto trece
ResponderEliminarHoy he buscado tu blog para conocerte mejor, porque sé que una personalidad tan rica e intensa es difícil de perfilar sin ayuda. Y me has llegado, y mucho. Algo improbable a priori cuando provienes de un mundo tan ajeno a la poesía. "Ergo" (Jjj), tendrás siempre aquí a un nuevo lector ignorante pero abierto a la sorpresa que tu talento es capaz de provocar. Como dice Jaime Urrutia, Bécker no era idiota, y por eso ya lo sabía: Poesía eres TÚ.
ResponderEliminarBesos.-
Creo que esta sonrisa me durará 24 horas
ResponderEliminar¿Sonrisa también interior, o solo exterior, como acostumbras...?
EliminarQuid pro quo, letrada: si nos prometes deleitarnos con AMBAS, yo prometo otra loa beckeriana para la próxima entrega. Igual de merecida, pero mucho más reconfortante.
Besos de este intruso.
Prometido! Pero la próxima entrega va a tardar un poco porque me voy de vacaciones ;) !! Beso, intruso
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