Díselo.
Dile que le quieres,
que le amas,
que le respiras,
que le piensas.
Dile que sin tí no quiero,
sin tí no puedo,
no hay nada,
y es todo blanco, o negro.
Suéñale.
Para tí, siempre,
como una espiral de amaneceres
o el rizo que esconde tu silencio
cuando le miras.
Sueña con olor a vida,
a inviernos, a primaveras
y no sueltes su mano,
que ahora es tu piel.
Abrázale.
Con besos de azul cielo,
de por qué te falta el aire tan fuerte
y tan suave.
Abraza su mañana y su noche,
su desgarro y su latido.
Porque es infinito de tí para él.
Porque es infinito de tí, para ella.
A María y Jose en el día de su boda. 25 de junio de 2011
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:)
ResponderEliminarPrecioso!
ResponderEliminarGracias!!!
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