domingo, 27 de marzo de 2011

MORRIÑA II. FOLIADA

As ferrallas das panderetas
e o coro do seu redondo
petan nas mans das cantareiras
para comenzar a foliada

¡Peta! ¡peta! ¡peta!

Fala con elas o roncón
entoando o seu preludio
¡boa palleta gaiteiro!
voan as notas cos aturuxos

E saca punto o mozo
da muiñeira de Boimorto
cos brazos coma aspas
que moen o gran do outono

Baila na punta dos pes
a melodía marexada
¡ay mozo que juapo eres!
xeitoso sorríe á alborada

Volta o refaixo da man da enagua
e do verdor da carballeira
que mece as cores da xornada
porque é a foliada

miércoles, 23 de marzo de 2011

LA CUARTA NOCHE

PRIMER ACTO

Personajes

Mujer de unos cuarenta años, alta, delgada y vestida con un camisón blanco de seda.
Hombre de la misma edad, atractivo, de complexión atlética y vestido con un pijama azul marino.

En el escenario una plataforma sobre la que se encuentra una cama de matrimonio con sábanas blancas y un edredón de color marrón. El cabecero es de hierro negro y se apoya en una falsa pared. Hay dos mesillas de madera de roble a ambos lados de la cama. Los personajes aparecen acostados.

El escenario se presenta en la oscuridad. Suena un despertador de doble campana. El volumen del sonido aumenta de manera progresiva. Se ilumina la cama.

MUJER: (se incorpora de la cama sobresaltada y apaga el despertador. Mira a su marido. Voz somnolienta) ¿Pero cuántas noches llevas sin dormir?
HOMBRE: (se desesperaza estirando los brazos y bostezando) Creo que tres, ya he perdido la cuenta
MUJER: Deberíamos de ir al médico esta tarde.
HOMBRE: No te preocupes cariño, esta noche me preparo una infusión de tila, pasiflora, valeriana…
MUJER: (se sienta encima de la almohada) ¿Te preocupa algo? No sé… ¿va todo bien en el trabajo? Chico, ¡es que tienes los ojos como platos!
HOMBRE: (se sienta también en la cama con los ojos exageradamente abiertos) Ni si quiera los puedo cerrar. Porque si aún pudiera, no sé, pestañear, ¿ves? Así, como haces tú, con fuerza. Si, eso, tengo ganas de pestañear con fuerza, y de ¡frotarme los párpados!

La mujer revuelve en el primer cajón de la mesilla que está a su lado y elige un juego de ropa interior. Se pone de pie y mientras se viste un albornoz rojo sigue hablando ahora más alterada

MUJER: ¡Es todo tan raro! A lo mejor es el jet lag…, sí, seguro que es eso…¡Solo han pasado 72 horas desde que aterrizamos! Y en la India hay…¿ siete horas menos? ¿ocho…?
HOMBRE: (cuelga las piernas de la cama del lado en el que ha dormido y bosteza)Puede ser, no lo sé…

La mujer sale del escenario.
El hombre permanece sentado sobre la cama aún con los ojos exageradamente abiertos
.

Se apaga la luz que ilumina la cama y se hace la oscuridad sobre el escenario. La plataforma sobre la que se ha instalado la cama se gira ciento ochenta grados y desaparece de la escena
Se escucha música hindú ligera y varias lámparas desprenden luces tenues que iluminan ahora la habitación de un burdel
La falsa pared es ahora la de la habitación de un burdel indio. Se decora con colores rojos y naranjas. Hay un dormitorio con un colchón en el suelo. Una cortina separa esa zona de otra en la que se presenta un cuarto de baño.
Sobre el colchón sentada con las piernas cruzadas una mujer de tez morena con un vestido tradicional indio sujeta un muñeco pequeño al que le clava unos palillos en los párpados impidiendo que se cierren.

FIN DEL ACTO

martes, 22 de marzo de 2011

OTRA OPORTUNIDAD

La señora Democracia cogió el balón del Mundo bajo el brazo hasta que algunas balas manchadas de sangre y gritos sin voz de niños con más piel que hueso le quemaron la palma de la mano que sujetaba los continentes de Asia y África.

Al caer en el suelo el Mundo rebotó varias veces y se desprendieron de él hombres y mujeres de todas las razas que no había aferrado su corazón a la tierra, sino que formaban nubes de corrupción, decisiones ambiciosas y amenazas con olor a pólvora.

La señora Democracia recogió el balón del suelo y después de limpiar los restos de nubes con un soplido de sufragio universal y esperanza, sujetó el Mundo con las dos manos, mientras se mojaba la yema de los dedos con el agua de los océanos; porque el sol las secaría más adelante.

sábado, 12 de marzo de 2011


A pesar de que el Mundo de Nena ha nacido sin fronteras, lo cierto es que su corazón es gallego, y muchas veces, sin quererlo, deja su acento entre cuentos, versos y relatos.
Cada semana se publicará un trocito de esta tierra que huele a gaita y pandereta y sabe a mar y eucalipto.
Os animo a enlazar a Galicia desde este Mundo hasta vuestros blogs y a proponer aquí otras ideas que atrapar con palabras



MORRIÑA



Abrí el paraguas para resguardarme de la lluvia. Aquella tarde llovía de abajo a arriba, así que le di la vuelta y sentada en su interior, navegué de charco en charco a lo largo de la acera.

domingo, 6 de marzo de 2011

DE BALLENEROS Y OTRAS ESPECIES

Cogí el arpón con la mano derecha aún manchada de sangre. La maldita araña venenosa fue la causante de que errara el tiro y diera de pleno en el pecho de la pobre ascensorista.
Sentí las carcajadas de las mascaritas mientras me dirigía al aseo y asesinaba a piratas, leones y esquimales…aunque mi única intención era llegar a tiempo para vomitar.

Micro a ocho manos: Raquel Romero, Cristina Calduch, Dominique Vernay y Berta Roca

jueves, 3 de marzo de 2011

UNA TARDE EN LOS TOROS

Joaquín Fernández “El Chaval de la Cerámica” salió corriendo de la plaza en cuanto escuchó el bufido del toro. Por su profundidad y duración, debía de corresponder a un animal de más de 500 kilos de peso, astinegro, de olor a muerte y con unos ojos que se clavarían como banderillas en la espalda del hombre entre verónica y verónica.

El toro, una vez abierta la portezuela de madera, caminó despacio hacia el burladero, mientras clavaba sus pezuñas en la arena, bravo, dispuesto a desafiar a aquel saco de huesos, de nariz aguileña y piernas torcidas, que había reconocido en los carteles de la plaza.

El silencio de los aficionados lo recibió con el respeto debido a un animal de tal tamaño, si bien al toro no le resultó de su agrado haber triunfado en la corrida antes de salir al ruedo, así que siguió el rastro de miedo de Joaquín Fernández “El Chaval de la Cerámica” hasta el pueblo.

Con los codos sobre la barra y la cabeza ladeada, el torero bebía tazas de vino tinto aún vestido de luces fundidas.

Los clientes de la tasca sacaron de sus bolsillos pañuelos blancos que agitaron al son de Paquito el chocolatero

El animal se acercó al torero y le cortó las dos orejas.