domingo, 26 de junio de 2011

INFINITO

Díselo.

Dile que le quieres,
que le amas,
que le respiras,
que le piensas.

Dile que sin tí no quiero,
sin tí no puedo,
no hay nada,
y es todo blanco, o negro.

Suéñale.

Para tí, siempre,
como una espiral de amaneceres
o el rizo que esconde tu silencio
cuando le miras.

Sueña con olor a vida,
a inviernos, a primaveras
y no sueltes su mano,
que ahora es tu piel.


Abrázale.

Con besos de azul cielo,
de por qué te falta el aire tan fuerte
y tan suave.
Abraza su mañana y su noche,
su desgarro y su latido.

Porque es infinito de tí para él.
Porque es infinito de tí, para ella.

A María y Jose en el día de su boda. 25 de junio de 2011